Pasa un «Verano Dickens»

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Aunque personalmente pienso que Charles Dickens es un autor «de invierno» (mis alumnos ya conocéis mi personal distribución de autores según las estaciones), no está mal dedicarle parte de este largo verano a la obra de Charles Dickens aprovechando que este año se celebra el bicentenario de su nacimiento.

¿Quién era Charles Dickens?

Imagino que, a estas alturas, todo el mundo sabe quién es Charles Dickens, pero por si acaso queda algún despistado/a, os ofrezco una biografía extraída de la Historia de la Literatura Universal. El Siglo XIX: Realismo y posromanticismo. Volumen 7 de la editorial Tesys-Bosch:

Casa natal de Charles Dickens en Portsmouth

En Landport, cerca de Portsmouth, nacía en 1812 Charles Dickens, en el seno de una familia cuyos ingresos procedían de un mediocre sueldo de funcionario; la difícil economía doméstica se hizo especialmente conflictiva a partir de 1823, cuando la familia se trasladó a Londres y Charles tuvo que abandonar la escuela para ponerse a trabajar con un pariente. La situación llegó a complicarse hasta llevar a la cárcel, acusado de moroso, a su padre; pero las cosas mejoraron cuando en 1826 pudieron pagarse por fin las deudas y el propio Charles consiguió un puesto de pasante de abogados. Gracias a este trabajo se le contrató como reportero de temas judiciales y pasó más tarde, en 1832, a la redacción de varios periódicos, donde Dickens se encargaba de cubrir las noticias parlamentarias.
En 1833 el joven se atreve a enviar a la revista Monthly Magazine un ejemplar de sus Esbozos (Sketches), y éstos son publicados; un año más tarde, como empleado del Morning Chronicle, publica sus Esbozos por «Boz», seudónimo con el cual obtiene cierto renombre. Debido a esta leve y transitoria notoriedad, una editorial le encarga poner texto a unos dibujos de Seymour, uno de los grandes ilustradores de la época: Dickens, que acepta el encargo con el único fin de obtener el dinero suficiente para poder casarse, compone de esta manera Los papeles póstumos del Club Pickwick, que entre 1836 y 1837 habrían de constituir uno de los grandes éxitos de la novela victoriana; después vendría Oliver Twist, editada ya en su propia revista por entregas mensuales, según la costumbre propia de la época. 

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La fama de Dickens no hizo sino consolidarse, y a partir de entonces la aparición de prácticamente todas y cada una de sus novelas constituyó un gran acontecimiento para la vida editorial de la Inglaterra victoriana: se le prodigan homenajes, ofrece recitales de sus novelas y su fama traspasa el océano para llegar hasta los Estados Unidos, a donde viaja por primera vez en 1842. En esta época escribe Nicholas Nickleby, El almacén de antigüedades, Barnaby Rudge y la serie de historias navideñas entre las que sobresale Canción de Navidad; con todas ellas crece su gran notoriedad, viéndose por ello obligado a un continuo deambular por el país y por Europa.
A partir de 1848 asistimos, sin embargo, a cierta reorientación en la trayectoria vital y literaria de Charles Dickens: éste prefiere entonces la lectura pública a la composición de nuevas obras, cuya publicación va espaciándose paulatinamente; pero, sobre todo, sus novelas comienzan a abarcar registros más ambiciosos. Compone Dickens en esta época algunas de sus obras maestras, aunque en ocasiones menos consideradas por el público contemporáneo: David Copperfield, dentro aún dentro de cierta línea anterior; Dombey e hijo, Tiempos difíciles, Grandes esperanzas e Historia de dos ciudades, todas ellas indudablemente más amargas que sus primeras novelas.

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A finales de la década de los 50 rompe con su mujer —aunque sus hijos permanecen con él— y con su amigo «Phiz», ilustrador de sus libros desde que sustituyera a Seymour en los Papeles del Pickwick; cancela también las lecturas públicas y, en general, su vida deja traslucir cierto abatimiento anímico que se acentúa con los problemas de salud que sufre desde 1864, agravados por su segundo viaje a los Estados Unidos en 1867.
Cuando Dickens vuelve a Inglaterra al año siguiente, su estado de salud está casi completamente minado; aun así, tiene fuerzas para iniciar la publicación por entregas de la que iba a ser su última novela, El misterio de Edwin Drood. No pudo concluirla, pues la muerte le sobrevino súbitamente en 1870; se le enterró con todos los honores en el «Rincón de los Poetas» de la Abadía de Westminster, poco después de que la reina Victoria le hubiese concedido el título de Sir. De esta forma se reconocía públicamente lo que ya era una realidad en el panorama cultural inglés: la novela, gracias al empuje de muchos autores, había obtenido el cetro de las artes literarias, desempeñado en la Inglaterra contemporánea la función que en siglos anteriores había desempeñado el teatro. 
 
[IÁÑEZ PAREJA, I. (1992): Historia de la Literatura Universal. El siglo XIX: realismo y posromanticismo, Barcelona, Editorial Tesys-Bosch, volumen 7]

¿Qué puedo leer de Dickens?

Hay mucho donde elegir. Os indico a continuación un pequeño resumen de algunas de sus obras para que os animéis. Espero que los disfrutéis:

Canción de Navidad

Sin duda, una de las obras más conocidas de Dickens. La hemos visto innumerables veces en películas, series y hasta en dibujos animados. Canción de Navidad escrita por Dickens bajo la influencia de sus ideas sociales y quizá concebida como una fábula moral para una época y una sociedad determinadas -Inglaterra en la “era victoriana”-, es una historia capaz de conmover a los lectores de cualquier edad. Con este relato fantástico, Dickens crea el prototipo del avaro, gruñón y egoísta -Ebenezer Scrooge- y, además, impregna para siempre estas fechas del “Espíritu de la Navidad”.

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Oliver Twist

La historia de un niño huérfano perdido en los bajos fondos londinenses le sirve a Dickens para reflejar el mundo del hampa, la miseria y la hipocresía social, en una historia plagada de estereotipos, siempre superados por la maestría del autor. El hilo central, las peripecias de Oliver desde sus comienzos en la más absoluta pobreza hasta su ascenso, se entreteje con asuntos tangenciales, que a veces resultan predominantes, pues son esenciales para el propósito del autor: la denuncia social a través de la descripción del Londres de la época, con sus lacras sociales y morales… En definitiva, Oliver Twist es una historia de buenos y malos, donde se mezclan lo jovial, lo sentimental, lo lúgubre y lo trágico, con una eficacia narrativa que hace que todavía hoy en día los lectores continúen identificándose con los personajes, las situaciones y la crítica que plantea el autor.

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El guardavía

Un guardavía de una pequeña caseta junto a un túnel vive angustiado desde que vio un espectro advertirle de un grave accidente de tren días antes de que ocurriera. Cada vez que el espectro aparece, le repite las mismas palabras, y el guardavía teme que algo terrible vuelva a suceder.

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Los documentos póstumos del Club Pickwick

Samuel Pickwick, un excéntrico gentleman, es el fundador y presidente vitalicio del Club Pickwick, una sociedad que se ha impuesto el digno y solemne propósito de investigar y clasificar los más pintorescos y extravagantes fenómenos de la vida. Así, él y sus tres fieles adeptos recorrerán por separado los lugares más remotos de la Inglaterra victoriana para hacer partícipes de sus pesquisas a cada uno de sus colegas.Los documentos póstumos del Club Pickwick, la primera novela de Charles Dickens, catapultó al autor a la fama con sólo veinticuatro años. Publicada por entregas entre 1836 y 1837, las andanzas y despropósitos relatados en esta divertida historia se convirtieron no sólo en una de las más logradas obras del autor, sino también en un delicioso y mordaz retrato de la época.

David Copperfield

La huella autobiográfica que Charles Dickens (1812-1870) dejó en David Copperfield, una de sus obras más importantes, convirtió este libro en el más cercano a su corazón. David, como Dickens, vivió una infancia feliz leyendo y asistiendo a la escuela hasta que su suerte cambió. La transmutación íntima de ambos, protagonista y autor, fue compleja y sutil. Aunque ficción y realidad no siempre coinciden, las desdichas de la niñez, el trabajo en la abogacía, la condición de escritor y varios de los personajes responden a la experiencia personal de su autor. Narrada desde la distancia del adulto, la vida de David Copperfield encierra sátira y humor irónico, luto y angustia, pero también mucha alegría y ruido de personas.

La pequeña Dorrit

Esta es, sin lugar a dudas, una de las mejores novelas de Dickens. Un compendio monumentalde su destreza narrativa, de su ingenio cómico y de su talento inigualable para crear ambientes y personajes. Se trata de una obra que no se encuentra actualmente en el mercado español y probablemente no esté traducida desde los años 40: la portada que veis corresponde a la nueva traducción de Carmen Francí e Ismael Attrache en edición de lujo. Mil páginas de diversión, creatividad y emoción asegurada.

Grandes esperanzas

Pocas veces como en “Grandes esperanzas” se presenta con más plenitud la oportunidad de poder entregarse al placer de leer por leer. En efecto, las venturas y desventuras que desde su infancia y en las primeras líneas empieza a contarnos el huérfano Pip nos arrastran con la fuerza de un río hasta un final feliz –concesión a las convenciones de la época–, aunque teñido de normalidad y melancolía. Entre tanto, y mientras transcurre a lo largo de los años el relato que de su vida nos hace el protagonista, Charles Dickens despliega ante nosotros una galería inolvidable de personajes –la brutal hermana de Pip y su marido, el sencillo Joe Gargery; la dulce Biddy, la extravagante señorita. Havisham, la desdeñosa y cruel Estella…– sometidos a las innumerables contingencias de la vida y de la naturaleza humana: temores, culpas, amores contrariados, accidentes, golpes de fortuna, ilusiones y frustraciones, descubrimientos imprevistos y pequeñas aventuras que dibujan una de las novelas más redondas del escritor inglés.

Historia de dos ciudades

Charles Dickens es sin duda el más famoso novelista victoriano, y probablemente el que más ha contribuido a crear una imagen de la época incluso en quienes no lo han leído. El escritor mantuvo una postura crítica ante las instituciones más representativas del victorianismo, desde el Parlamento al sistema educativo, desde las teorías económicas del utilitarismo al funcionamiento de la justicia, la administración, la sanidad pública y los asilos para indigentes. Dickens es, sobre todo, una de las mayores imaginaciones creadoras en lengua inglesa. Historia de dos ciudades es una de las novelas más conocidas de Dickens. La historia transcurre entre dos ciudades, Londres y París, durante la época de la Revolución Francesa. La indiferencia de Dickens por la política y su desprecio por los políticos alejan la novela de cualquier debate político o filosófico sobre la revolución. Sin embargo, al suprimir dichos debates en torno a los acontecimientos revolucionarios, Dickens otorga a las masas populares francesas un protagonismo, autonomía y actividad histórica que no tuvieron , presentando además la revolución como justo castigo a la aristocracia por los siglos de explotación y maltrato del pueblo.

La señora Lirriper

Un Dickens inédito en español: un estupendo correlato femenino del señor Pickwick que, según Chesterton, habría podido ser «una dignísima señora Pickwick».
En 1858, una pequeña desavenencia con los editores de la revista Household Works, que entonces dirigía el famoso escritor Charles Dickens, lo llevó a fundar una publicación periódica propia que pudiera controlar enteramente: All The Year Round. Dickens publicó varios libros de relatos escritos en colaboración con diversos autores que contribuían habitualmente con sus aportaciones en la revista. En dos entregas y con la colaboración de varios autores se publicaron las aventuras de Mrs. Lirriper, una viuda voluntariosa, honrada y cargada de buenas intenciones que debe alquilar habitaciones para pagar las deudas de su querido marido y para asegurarse la supervivencia. Ahora reunimos las entregas para ofrecer al lector la historia completa.

La declaración de George Silverman

Nadie podrá dejar de amar y compadecer a George Silverman una vez conozca su historia. Nadie podrá dejar de agradecerle a Ricardo Cavolo sus magníficos y singulares dibujos, que ilustran a la perfección el mundo y las emociones de esta fascinante novela corta, una de las menos conocidas pero más bellas de su autor, el gran novelista británico del siglo XIX.
George Silverman es niño y pobre, y siempre tiene hambre; ha pasado su corta existencia en un lúgubre sótano; sus padres acaban de morir… No puede ser más triste el arranque de esta narración, en la que él mismo, ya anciano, nos contará sus peripecias.
Pero, por fin, va a salir al exterior; a una vida más pura, como insinúa su nuevo tutor, el Hermano Hawkyard, uno de esos personajes dickensianos tan inolvidables como retorcidos. En el «exterior» conocerá otras formas de desconsuelo, pero también el amor. Sólo hay que abrir ya este libro, y comenzar a leer, para conocerlo todo acerca de George Silverman.

Una casa en alquiler

Un Dickens en estado de gracia explora el misterio de una casa deshabitada con la ayuda de Elizabeth Gaskell y Wilkie Collins. Trío de ases para una jugada maestra.
La anciana Sophonisba debe trasladarse a vivir a Londres. Enfrente de su nueva residencia hay un inmueble señorial pero deteriorado, del que cuelga desde tiempos inmemoriales el cartel de Se alquila . ¿Por qué, se pregunta Sophonisba, nadie quiere alquilar la casa? ¿Y por qué ve en ella, si está deshabitada, un ojo que la mira? Jabez Jarber, su eterno pretendiente, y Trottle, su fiel criado, siempre celosos el uno del otro, se proponen aclarar el misterio. Jarber reconstruye la historia de los antiguos inquilinos de la casa; Trottle, más audaz, entra en la casa misma. Una casa en alquiler reúne lo mejor y más característico del elenco y el sentimiento dickensiano en una obra deliciosa, hasta hoy inédita en español.

Para leer al anochecer

Charles Dickens estuvo interesado durante toda su vida por los fenómenos misteriosos. Su natural inclinación hacia el drama y lo macabro hicieron de él un extraordinario escritor de cuentos de fantasmas. Para leer al anochecer presenta trece de las más célebres y espeluznantes historias de fantasmas escritas por Dickens —«El fantasma en la habitación de la desposada», «El juicio por asesinato», «El guardavías», «Fantasmas de Navidad», «El Capitán Asesino y el pacto con el Diablo», «La visita del señor Testador» o «La casa encantada», entre otras—, en una nueva traducción al castellano. Villanos que mueren ahorcados, mujeres misteriosas que encargan retratos desde el más allá, marinos desaparecidos que hacen visitas inesperadas a los vivos, viajeros victorianos que se encuentran con siniestros niños en oscuros caserones… Puro talento gótico.

Nuestro común amigo

Nuestro común amigo es la última novela publicada por Charles Dickens (1812-2012), donde desarrolla su trama más original y alguno de los personajes más sublimes y también alguno de los más miserables de su obra: desde la modista de muñecas a lady Tippins; desde el juntacadáveres del Támesis a Míster Podsnap, Dickens, infatigable, sube y baja en la escala social repitiendo en la ficción el viaje que hizo en su propia vida. El escritor nunca ha parecido tan seguro de si mismo, tan dueño de sus recursos y maestro en su arte. Nuestro común amigo nos descubre al Dickens más lúcido y duro con su tiempo y su país, pero también al más amable y agudo: “Dios salve a la reina, pero confunda su política”.


Para los que quieren saber más…

  • Vida y genio de Charles Dickens, un artículo de Guillermo Altarés aparecido en El País, donde comenta la reciente biografía del escritor británico escrita por Peter Ackroyd.
  • Dickens y sus fantasmas, un artículo de Guillermo Altarés aparecido en El País, donde comenta una exposición de la British Library sobre la relación de Charles Dickens con los fantasmas.
  • Una ciudad en plena transformación, un artículo de Guillermo Altarés publicado en El país, donde informa de los actos que se están llevando a cabo en la ciudad de Londres para conmemorar el «año Dickens».
  • Dickens sigue diciendo la verdad, un artículo de Benjamín Prado sobre los parecidos entre la sociedad actual y la que Dickens reflejaba en sus novelas.
  • Para los que queráis saberlo casi todo de Dickens, podéis consultar la página web oficial de su centenario. En inglés, claro…

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