El peón de Paco Cerdá

El autor: Paco Cerdà

El periodista Paco Cerdà (Genovés, 1985)

Paco Cerdà estudió Periodismo en la Universidad de Valencia, donde estuvo el Premio Extraordinario de carrera. En 2007 se incorporó como redactor al diario Levante-El Mercantil valenciano, donde ha desarrollado su carrera profesional. Además de cubrir para el periódico los Juegos Olímpicos de Pekín, Cerdà ha escrito numerosos artículos donde refleja la realidad de los sectores sociales más desfavorecidos, por lo que obtuvo uno de los Premios Solidarios 2015 de la ONCE. No obstante, Paco Cerdà es conocido últimamente por su obra literaria, bien como autor de varios libros o como editor en La Caja Books, editorial fundada por el propio Cerdà en 2018 y especializada en libros de no ficción.

Como escritor, publicó sus primera obras en valenciano, junto a Purificación García Mascarell, dedicadas a la cultura tradicional valenciana. En 2017 publicó Los últimos. Voces de la Laponia española, libro en el que analizó el fenómeno de la despoblación en la Serranía Celtibérica.

Cerdà retomó los temas valencianos con la publicación de Un romanç amb Botifarra (2018), escrito en valenciano e ilustrado por Paco Roca, que cuenta la vida de Pep Gimeno «Botifarra», un popular músico de Xátiva (Valencia).

En el año 2020 publicó El peón, que ha recibido el premio Cálamo al Mejor libro del año 2020.

Los libros, como la vida, están a veces sometidos al azar y las oportunidades inesperadas. Así ha ocurrido con El peón, publicado en febrero de 2020, justo antes de que el estado de alarma provocado por la pandemia cerrara las librerías y nos confinara en nuestras casas.

El libro, editado por la editorial Pepitas de Calabaza, apenas tuvo ocasión de venderse y promocionarse, a pesar de haber recibido buenas críticas. Parecía que su destino iba a ser el de tantos otros buenos libros que pasan sin pena ni gloria. Sin embargo, un hecho fortuito ha hecho que vuelva a las librerías: nueve meses después de su publicación Netflix estrenó Gambito de dama y se convirtió en un auténtico fenómeno internacional que, curiosamente, dispara el interés por el ajedrez y, de rebote, el interés por El peón.

Esta obra de no ficción se articula a partir de la intensa partida de ajedrez que se disputó en Estocolmo en febrero de 1962 entre el que había sido niño prodigio español, Arturito Pomar, que ya contaba con 31 años, y el también superdotado estadounidense Bobby Fischer, que tenía tan solo 18.

La crónica, articulada en torno a los 77 movimientos de la legendaria partida Fischer-Pomar, teje una estructura de casi una treintena de microhistorias extraordinariamente bien documentadas que discurren a ambos lados del tablero, el español y el estadounidense, sin perder nunca la referencia de la excepcional partida de ajedrez.

Con esta partida y sus contrincantes como hilo conductor, El peón recorre las vidas de numerosos «peones» entregados a una causa política en la España franquista o en la Norteamérica de Kennedy en aquel convulso 1962. Pomar, como símbolo o «peón» del franquismo y Fischer, como peón de Washington durante la Guerra Fría contra la Unión Soviética.

Fischer en 1965

De este modo, se traza una crónica sobre la vida de numerosos «peones» que sacrificaron sus vidas en nombre de un bando: el comunismo, el anarquismo, el maquis, el obrerismo, el socialismo, el terrorismo etarra, el cristianismo social, la República en el exilio, el movimiento estudiantil o el falangismo, en el lado español. En el lado americano, esos «peones» adoptaron formas bien distintas: la lucha antirracista del Black Power, el movimiento pacifista antinuclear, la Nueva Izquierda universitaria, la defensa de los pueblos indígenas o la guerra anticomunista al servicio del Ejército en Cuba o la URSS. Con todo ello, El peón invita a reflexionar sobre el significado y las implicaciones personales de entregarse a un bando o ser utilizado por él y el precio que hay que pagar por ello: la muerte, la cárcel, el exilio, la vigilancia o la soleda

Todas las microhistorias que narran la vida de los peones a ambos lados del tablero transcurren en el convulso año de 1962: el año de la gran huelga minera en Asturias, del llamado Contubernio de Múnich, del rechazo a la solicitud de entrada en la Comunidad Económica Europea, del apresamiento de Julián Grimau y su posterior fusilamiento, de las revueltas estudiantiles, del Concilio Vaticano II, etc. En Estados Unidos son los tiempos agitados del movimiento por los derechos civiles, la crisis de los misiles de Cuba, del espionaje o de la fiebre anticomunista del FBI y la CIA.

Entre Washington y Madrid se desarrolla, además, otra partida: la renegociación de las bases militares americanas que han convertido a la aislada España en un «peón» del gigante americano y de su sistema económico.

La crónica también va relatando distintos episodios de las vidas de Pomar, el llamado «Mozart del ajedrez» y Bobby Fischer, el mayor genio ajedrecístico de todos los tiempos: dos peones utilizados y desechados por sus respectivos países.

Francisco Franco y Arturito Pomar en 1946. Cerdà describe en el encuentro: «Franco, que mira a cámara, ríe a boca abierta, cosa extraña en él, y pasa su mano izquierda por la nuca del muchacho: «pièce touchée, pièce jouée», algo más que un gesto paternal».

A partir del ajedrez como metáfora de la vida, Cerdà elige el peón, tan insignificante como importante, tan vulnerable y sacrificado como potencialmente eficaz. Siguiendo los movimientos de la partida de ajedrez Pomar-Fischer, construye un mural del mundo en 1962, centrándose en los peones que sacrificaron sus vidas para que más tarde se pudiera dar jaque-mate al, para cada uno de ellos, intolerable rey rival.

En El peón los datos, fruto de una investigación apabullante, no son solo abundantísimos, sino que están magníficamente integrados en el relato: por una parte, apoyan documentalmente las diferentes historias y, por otra, forman parte de la propia y brillante textura literaria del libro.

A modo de collage, Cerdà cose en el tejido literario no solo el precipitado de los ingentes datos recabados, sino textos literales o muy bien reelaborados y manufacturados por él: entrevistas, libros, informes, cartas, documentos, noticiarios informaciones y crónicas del momento. Al final del libro, cuando cita sus fuentes principales, escribe Cerdá:

Este libro nació con la premisa de que ni una sola palabra atribuida a sus protagonistas ni el más nimio detalle de las historias narradas fueran producto de la imaginación del autor o de una recreación novelesca. Igual que ocurre con el ajedrez, la crónica no admite ni trampas ni atajos. Lo contrario es su jaque mate.

Con todo ello, Cerdà ha creado un extraordinario artefacto literario, extraordinario como artefacto: preciso, muy bien ensamblado, de muy eficiente mecánica por su estructura y ritmo de funcionamiento y extraordinario también como literatura, con sus frases cortas y pulidas, con su prosa exacta que no desdeña una poética bien dosificada, con su escritura, en definitiva, capaz de poner en pie vigoroso perfiles de personajes, de abarcar el mundo en un concreto momento histórico de transformación y pugna, de crear una épica de perdedores frente a ganadores. El peón consigue una perfecta adecuación entre el singular concepto inicial de su planteamiento —el ajedrez como metáfora de la vida— y su implacable desarrollo y ejecución final.

PARA SABER MÁS…

El programa «Ahora qué leo» de La Sexta propuso la lectura de El peón:

El programa de RNE «El ojo crítico» entrevistó al autor. Podéis oírlo aquí:

«La hora cultural» de RTVE con Antonio Gárate nos presenta el libro:

Paco Goyanes, de la librería Cálamo, nos presenta el que, según los lectores de la librería es el Libro del Año 2020:

https://www.niusdiario.es/multimedia/videos-dia-11-septiembre-2020_5_3025125001.html