El cuento de la criada de Margaret Atwood

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El pasado día 18 de diciembre despedimos el año con la visita del escritor Rodolfo Notivol, que vino a nuestro grupo para comentar con nosotros su novela Vaciar los armarios.  Fue una experiencia muy interesante contar con la presencia del escritor del libro que habíamos leído y, sin duda, en cuanto podamos, repetiremos.

Ese mismo día presentamos la siguiente lectura, El cuento de la criada de Margaret Atwood:

LA AUTORA

MargaretAtwood1.jpgConsiderada una de las más destacadas novelistas y poetas del panorama actual, Margaret Atwood nació en 1939 en Ottawa (Ontario, Canadá). Muy aficionada a la lectura desde niña, se graduó en Artes en el Victoria College de la Universidad de Toronto y posteriormente cursó estudios de posgrado en el Radcliff College de Cambridge (Massachussets) y en la Universidad de Harvard.

Ha sido profesora de Literatura inglesa en diversas universidades canadienses. Dedicada por completo a la escritura desde 1972, ha sido presidenta de la Unión de Escritores de Canadá y del Centro Canadiense del Pen Club.

Margaret Atwood es una escritora muy prolífica que ha cultivado casi todos los géneros: poesía, ensayo, novelas y relatos. Es una autora comprometida con la sociedad y su tiempo, actitud y preocupación que quedan latentes en su obra. Obtuvo reconocimiento internacional con su novela La mujer comestible (1969), a la que siguieron Resurgir (1972), Doña Oráculo (1976), Nada se acaba (cuyo título original es Life before man) (1979), Daño físico (1981), Ojo de gato (1988) y La novia ladrona (1993).

Su siguiente obra es la monumental  Alias Grace (1998) en la que recrea el caso judicial ocurrido en 1843 y protagonizado por Grace Marks, una criada de dieciséis años acusada junto a su amante de haber asesinado a su patrón. La novela relata las entrevistas de Grace y su psiquiatra en la prisión.

En 2000 obtuvo el prestigioso Premio Booker con El asesino ciego; en 2003 fue finalista del premio Gobernador General por Oryx y Crake y en 2006 fue nominada al Premio IMPAC por su novela Penélope y las doce criadas. En el año 2008 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias. Desde entonces ha publicado El año del diluvio (2009), Maddadam (2013), Scribbler Moon (2014), Por último, el corazón (2015) y Hag-Seed (2016).

EL CUENTO DE LA CRIADA (1985)

A pesar de convertirse en un best seller mundial poco tiempo después de su publicación y traducirse a más de cuarenta idiomas, en España el libro de Atwood ha dormitado por pocas estanterías durante estas tres décadas. Deambuló por varias editoriales, pero en España no se convirtió inmediatamente en el clásico canónico (ni siquiera feminista) que fue en el resto de los países.

El cuento de la criada está narrada en clave distópica y recrea el tránsito de la sociedad norteamericana hacia una dictadura puritana que suprime los derechos de las mujeres.  En Estados Unidos, tras un desastre radiactivo, se ha instaurado un Estado teocrático y totalitario sustentado en la represión férrea de las mujeres. Estas han sido clasificadas y etiquetadas: las “esposas” (mujeres de los comandantes y los altos cargos), las “tías” (milicianas encargadas de educar y someter a las futuras criadas), las “marthas” (ayuda doméstica) y las “criadas” (mujeres todavía fértiles que deben engendrar los hijos de las esposas estériles).

Margaret Atwood redunda en las profecías apocalípticas de Orwell, Bradbury y Huxley, pero esta vez el protagonismo recae en la perspectiva femenina, hasta ahora ignorada o minimizada. La voz narradora corresponde a June, una mujer que antes del levantamiento puritano había trabajado en una editorial y que perdió a su familia durante la fase inicial de la dictadura. Rebautizada como Defred, vive una existencia miserable como “criada”, sometida al capricho de sus señores en medio de un ambiente de represión y miedo.

La severidad teocrática descrita en la novela no solo recorta la libertad de las mujeres, destruye su identidad e impide su desarrollo, sino que construye la perversa naturalización de un modelo de mujer centrada en su capacidad reproductora, con las consecuencias que esto tiene para su experiencia corporal y su personificación como sujeto en sociedad.

Aunque la novela ha sido leída como un reflejo del contexto sociopolítico actual —sobre todo tras la pérdida de libertades ante los ataques del terrorismo islámico y el ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos— El cuento de la criada fue escrito tras la elección de Ronald Reagan cuando los republicanos llegaron al poder enarbolando la bandera de la restauración de los valores familiares más tradicionales, apoyados en el fundamentalismo cuáquero y baptista.

Atwood era consciente de que su novela era una lectura de difícil digestión para esos tiempos. “¿Iba a convencer a los lectores de que en Estados Unidos se había producido un golpe de Estado que había transformado la democracia liberal existente hasta entonces en una dictadura teocrática que se lo tomaba todo al pie de la letra?”, se preguntaba. Como respuesta recibió dos reconocimientos antagónicos: la novela entró simultáneamente en las listas de lecturas de Estudios de mujeres y en la de los libros prohibidos en colegios e institutos de lugares como Texas.

Atwood formuló una realidad apocalíptica, demencial, nítidamente aterradora. Fascismo bíblico. Una ficción especulativa que se asienta en la idea de que hasta el horror más terrible puede volverse cotidiano: “Ahora mismo esto no os parece lo normal, pero dentro de un tiempo lo será”, arenga una de las tías a las criadas durante la instrucción.

La historia de la humanidad está repleta de casos que prueban nuestra adaptación a lo impensable, desde guerras a gobiernos tiránicos y, por ello,  Margaret Atwood decidió que no iba a escribir una ficción distópica al uso, cimentada sobre la hipótesis esencial del género: “¿Podría esto pasar aquí?”, quería que su lector sintiera que esa historia podría ser verdad en un futuro aterrador.  Para ello se alimentó de lo vivido y de lo narrado por otros.

Comenzó a escribir El cuento de la criada en Berlín en 1984, cuando al otro lado del telón de acero todavía resonaban los ecos de Orwell. De sus viajes a la Polonia ocupada le impactó la frase de un disidente: “Reza por no tener nunca la oportunidad de ser un héroe”. Durante los últimos estertores del bloque soviético, aprendió la quebradiza estructura de hasta el más sólido orden social. De allí sacó las ejecuciones grupales, las quemas de libros o las leyes suntuarias. De manera casi psicótica, almacenó recortes, informes y publicaciones que hablaban sobre el programa Lebensborn de las SS, el robo de niños durante la dictadura argentina o la Gestapo, las políticas represivas de control de la natalidad, la historia de la esclavitud, las cartillas de racionamiento, la revolución islámica en Irán… con todo este material construyó una novela en el que describe con maestría cómo el ser humano es capaz de adaptarse y terminar por asumir una realidad injusta.

En definitiva, Margaret Atwood ha completado el género de las distopías, utilizando como voz narradora a una mujer. La intransigencia política y religiosa siempre ha odiado o temido la condición femenina. Con la misma habilidad de Orwell y Huxley, Atwood refleja que la rebelión individual fracasa ante el poder totalitario. La autora es una prosista cuidadosa, una excelente narradora que muestra el dolor  de las víctimas con una mirada inteligente y compasiva, sin contagiarse de su desesperanza.

El cuento de la criada se ha adaptado en una premiadísima serie para la televisión —antes se realizó una adaptación cinematográfica y hasta una ópera—  protagonizada por la impecable Elizabeth Moss que da vida a Defred. Muy recomendable, pero es mejor leer antes la novela.

 

 

NOLITE TE BASTARDES CARBORUNDORUM  / Under his eye (Bajo su mirada).

Nos veremos para comentar la novela el próximo lunes, 15 de enero, a las 19.00 en la Biblioteca.

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