El africano de J.M.G. Le Clézio: próxima lectura del club

Jean Marie Gustave Le Clézio

Jean Marie Gustave Le Clézio

El pasado lunes nos reunimos para comentar Una madre de Alejandro Palomas; como es habitual, además de comentar el libro, propusimos una nueva lectura para la próxima reunión.

En este caso la propuesta provino de una de las asistentes al grupo de lectura, Teresa Picontó, quien nos sugirió la lectura de El africano de J.M.G. Le Clézio.

EL AFRICANO de J.M.G. LE CLÉZIO

descarga-22Jean-Marie Le Clézio, Premio Nobel de Literatura en 2008 es considerado por muchos un escritor y hombre de genio que crea sin preocuparse del público, casi siempre a contracorriente, guiado por el dictado de sus fantasmas interiores incitados por irresolubles conflictos de identidad y de memoria[1].

La Academia sueca le concedió el Premio Nobel[2] por ser “un escritor de la ruptura, de la aventura poética del éxtasis sensual” y “explorador de la humanidad, dentro y fuera de la civilización dominante” y “por haber conseguido rescatar las palabras del estado degenerado del lenguaje cotidiano y devolverles la fuerza para invocar una realidad existencial”.

“En las selvas de las paradojas” fue el título del discurso previo a la entrega del Nobel, el cual Le Clézio se lo dedicó a Elvira, una indígena de la tribu panameña Emberá conocida por su talento de narradora de cuentos y a todos los escritores que le han influido, muchos de ellos latinoamericanos (Juan Rulfo, Octavio Paz, etc.).

Algunos apuntes biográficos: Jean-Marie Le Clézio nació en Niza en 1940, hijo de padres originarios de la colonia africana de Islas Mauricio, pasó su infancia persiguiendo hormigas en Nigeria, donde su padre era médico al servicio del ejército británico. Pero regresó a Niza, estudió letras y a los 21 años publicó su primer libro, Proceso verbal, una obra sofisticada y críptica (puro “terrorismo nouveau roman[3]). Recibió el Premio francés Reanudot en 1963 por su primera novela, El atestado.

Para esquivar el servicio militar en plena guerra de Argelia (“mi padre me dijo que yo no podía ir a matar a la gente inocente de África”) acabo viviendo de carambola en México. Había empezado a trabajar para la cooperación humanitaria francesa en Tailandia, pero fue expulsado del país por escribir un cuento denunciando la trata y prostitución de niñas dentro del ejército estadounidense. Ya en México, quedó fascinado por los libros de las culturas prehispánicas. Lo cierto es que el potencial de las culturas prehispánicas le ha dado pie a escribir varios de sus libros. Su visión tras 13 años viviendo e investigando en México quedó fijada en El Sueño mexicano o el pensamiento interrumpido. Inspirado por su fascinación por México es la historia de Diego y Frida, esa historia de amor inseparable de la fe en la revolución es su libro: Diego y Frida. Una gran historia de amor en tiempos de la revolución (1993).

Después vivió en Panamá, en la provincia del Dairén, con los indígenas embera. Y allí la vida le cambió (1970 a 1974). Era una época de crisis literaria para él y esa experiencia le resolvió todas sus dudas sobre la literatura. En esta época abandonó la experimentación y abordó temas como la infancia, la adolescencia y los viajes.

En cuanto a su obra, tiene libros existencialistas como El atestado (1963) o El diluvio (1966). En 1975 contrajo matrimonio con Jemia, del Sáhara occidental. A esa época pertenecen libros como, Gentes de las nubes (1976), Desierto (1980). Ha destacado también como autor comprometido con algunos de los movimientos sociales, la ecología. A esta etapa pertenecen, entre otros, Terra amata.

El africano (2004), crónica autobiográfica en la que reescribe la misma historia familiar ya novelada en Onitsha (1991). Más recientemente son obras destacadas: El pez dorado, La música del hambre, Urania, Revoluciones. En total más de 40 novelas, además de libros infantiles, ensayos y artículos de prensa.

En El africano (2004), obra maestra en la que combaten la identidad, el origen, la memoria afectiva proustiana, las leyendas míticas de tradición oral y la fotografía mental, compartida con el lector mediante descripciones sumamente intensas que requieren del narrador aplicarse en conseguir una sintaxis escrupulosa y al lujo de la palabra.

En la contraportada del libro El africano nos explica Le Clézio:

“Todo ser humano es el resultado de un padre y de una madre. Se puede no reconocerlos, no quererlos, se puede dudar de ellos. Pero están allí, con su cara, sus actitudes, sus modales y sus manías, sus ilusiones, sus esperanzas, la forma de sus manos y de los dedos del pie, el color de sus ojos y de su pelo, su manera de hablar, sus pensamientos, probablemente la edad de su muerte, todo esto ha pasado a nosotros.Durante mucho tiempo imaginé que mi madre era negra. Me había inventado una historia un pasado, para huir de la realidad a mi regreso de África, a este país, a esta ciudad donde no conocía a nadie, donde me había convertido en un extranjero. Más tarde descubrí, cuando mi padre, al jubilarse, volvió a vivir con nosotros en Francia que el africano era él. Fue difícil admitirlo. Debí retroceder, recomenzar, tratar de comprender. En recuerdo de todo eso he escrito este pequeño libro”.

El padre de Le Clézio es posiblemente el verdadero protagonista: “Más tarde descubrí, cuando mi padre, al jubilarse, volvió a vivir con nosotros en Francia, que el africano era él”. En el libro, es presentado como un hombre que vive entregado a su profesión: primero en Banso (en la actualidad Kumbo), donde “era el único médico a un radio de sesenta kilómetros” y tenía a su cargo un territorio tan inmenso que “en el mapa que él mismo anotó las distancias, no en kilómetros, sino en horas y días de marcha” y se ocupaba “desde el parto hasta la autopsia”, y después en Ogoja, como responsable del dispensario”. (p. 83-84).

En esta búsqueda de la figura paterna y también de su identidad encontramos la esencia y el propósito de estos recuerdos africanos en los que el tiempo se desliza desde la circunstancias en que sus padres le concibieron en África (el momento de su verdadero nacimiento, según los africanos), la II Guerra Mundial y la espantosa guerra del Biafra, hasta la muerte de su padre, al que rinde homenaje con páginas muy emotivas en este libro. Por otro lado, las instantáneas fotográficas que aparecen en el libro fueron realizadas por su padre con una Leica (p. 89).

En El africano “está la memoria del niño y la memoria del tiempo que precedió a mi nacimiento”, escribe también Le Clézio en El africano, en el que además el autor incorpora a las palabras un intenso recuerdo sensorial pero todavía no verbal como él mismo nos cuenta: “cuando se es niño no se usan las palabras (y las palabras no están usadas). En esa época estaba lejos de los adjetivos, de los sustantivos. No podía decir, ni siquiera pensar: admirable, inmenso, potente. Pero era capaz de sentirlos (…)” (p. 13).

El africano pertenece a la literatura de escritores que como Albert Camus o Doris Lessing (Premio Nobel de 2007) escriben sus historias en el África colonial o post-colonial. Le Clézio en este libro recorre pasajes históricos que van desde los años 30 hasta los años 80 del siglo XX. El autor explica en su relato, con un lirismo y prosa excepcional, el colonialismo, la ocupación alemana en Francia en la II Guerra Mundial, la liberación de los pueblos africanos en los años 50 y 60, las guerras tribales, con complicidad directa de ingleses, franceses, alemanes y holandeses hasta la llegada del SIDA a África. Paralelamente nos remonta a aquella África de las grandes tormentas y lluvias, de los ríos y de las costumbres tribales que para él no son extrañas sino parte de su propia formación. Así dice: “A esta África quiero volver sin cesar, a mi memoria de niños. A la fuente de mis sentimientos y determinaciones” (p. 130).

[1] Javier Aparicio Maydeu, “Catálogo razonado de revueltas irracionales”, Cultura/El País (30 de enero 2013).
[2] J. Valcárcel, “’El africano’ de Le Clézio” en guinguinbali.com (consulta: 15/1/2017).
[3] David Marcial Pérez, “Le Clézio: Los aztecas fueron los primeros surrealistas”, Cultura/El País (4 de septiembre de 2016).

QUIERO SABER MÁS DEL AUTOR Y SU OBRA…

Entrevista con Le Clézio en la Feria del Libro de Bogotá en 2013:

Una conversación entre Mario Vargas Llosa y J.M.G, Le Clézio, organizada por el Institut Français, que indaga en los puntos en común entre los dos Premios Nobel.

Un documental sobre Le Clézio producido por Nobel Media, dirigido y producido por Jeremy Williams. El documental incluye una entrevista con el autor e imágenes con él en Niza y en la isla Mauricio:

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